Una de las modalidades de bullying es la que se denomina como acoso escolar de profesores a alumnos y/ alumnas, a veces pasada por alto o disfrazada como ejercicio de poder o de autoridad.
El acoso escolar por parte de profesores hacia los alumnos y/o alumnas es doblemente agravado. Si bien el bullying que se practica entre compañeros supone una relación de poder dialéctica entre dominador y dominado, el problema se establece entre pares, entre dos de una misma condición. No es el mismo caso cuando sucede de esta manera, ya que la equiparación de fuerzas es imposible. El poder es todo de uno. Y el Profesor es quien decide en última instancia.
Haciendo una mala interpretación del sistema educativo, algunos docentes abusan de su situación de poder, por una razón o por otra, de los alumnos y/o alumnas “tomados como blanco”, que sufren desaprobaciones de exámenes sin causa visible, trato distante, mentiras, castigos, hasta llegar a casos graves de acoso como lo pueden ser el de tipo sexual (mucho más común de un profesor de sexo masculino al alumnado del género opuesto, utilizando frases como: “Me encuentro sólo”, “Estoy Enamorado de tí”, “Algún día salimos y te ayudo en tus problemas”… ). Se utilizan alcanzando ribetes gravísimos como las amenazas de diferente índole. Pero en todo esto tiene mucho que ver la conformación de identidad del docente acosador.
El acoso escolar por parte de profesores hacia los alumnos y/o alumnas es doblemente agravado. Si bien el bullying que se practica entre compañeros supone una relación de poder dialéctica entre dominador y dominado, el problema se establece entre pares, entre dos de una misma condición. No es el mismo caso cuando sucede de esta manera, ya que la equiparación de fuerzas es imposible. El poder es todo de uno. Y el Profesor es quien decide en última instancia.
Haciendo una mala interpretación del sistema educativo, algunos docentes abusan de su situación de poder, por una razón o por otra, de los alumnos y/o alumnas “tomados como blanco”, que sufren desaprobaciones de exámenes sin causa visible, trato distante, mentiras, castigos, hasta llegar a casos graves de acoso como lo pueden ser el de tipo sexual (mucho más común de un profesor de sexo masculino al alumnado del género opuesto, utilizando frases como: “Me encuentro sólo”, “Estoy Enamorado de tí”, “Algún día salimos y te ayudo en tus problemas”… ). Se utilizan alcanzando ribetes gravísimos como las amenazas de diferente índole. Pero en todo esto tiene mucho que ver la conformación de identidad del docente acosador.
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